El ex presidente del Seminario Bíblico Columbia Bible College en Carolina del Sur, J. Robertson McQuilkin, señaló que Dios tiene un propósito sabio al dejar que envejezcamos y nos debilitemos:
"Creo que Dios ha planificado que la fuerza y la belleza de la juventud sean físicas. Pero la fuerza y la belleza de la vejez son espirituales. Gradualmente, perdemos la fuerza y la belleza que son temporales para asegurarnos de que nos concentraremos en aquellas que son para siempre. Y así estaremos ansiosos por dejar la parte de nosotros que es temporal y que se deteriora, y sentiremos verdadera nostalgia de nuestro hogar eterno. Si nos mantuviéramos jóvenes, fuertes y bellos, es probable que jamás quisiéramos irnos"
Cuando sómos jóvenes y estamos felizmente ocupados con todas nuestras relaciones y actividades, puede que no anhelemos nuestro hogar celestial. Pero, a medida que pasa el tiempo, puede que nos encontremos sin familiares ni amigos, afligidos por una vista deficiente y dificultades auditivas, incapaces ya de saborear la comida o atribulados por la falta de sueño.
He aquí el consejo que me doy a mí mismo: Sé agradecido de que, tal y como el apóstol Pablo lo escribió en 1 Timoteo 6:17, "Dios [...] nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos" tanto en el verano como en el otoño de la vida. Y regocíjate también de que, con la llegada del invierno de la vida, podemos prever que pronto estaremos viviendo en la tierra de la eterna primavera.__ VCG
Reflexión: La promesa del cielo es nuestra esperanza eterna.
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Frase de la semana
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Para Reflexionar
Bendito sea Dios. El que nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad (2Cor 1,3-4)